domingo, 8 de mayo de 2011

Imperio Inca, mitología y arte

En primer lugar, es preciso saber que el imperio Inca ocupó gran parte del territorio que hoy es latinoamericano, desde países como parte de Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú, Argentina y Chile.
El rol de la religiosidad en el antiguo imperio fue de gran importancia en la toma de decisiones de carácter militar, social, cultural, en la creación de calendarios, etc.
En la creencia inca existen tres planos de la realidad que involucran conceptos espaciales y temporales que determinan la cultura y la forma de percibir la vida. En primer lugar se puede observar un plano horizontal que recibe el nombre de Kay Pacha que representa el presente, un “aquí”, lo terrenal, donde la gente vive, un espacio para lo humano, donde las actividades diarias se deben realizar.
En segundo lugar se puede ver otro plano horizontal que recibe el nombre de Uku Pacha, que corresponde al mundo de abajo, lugar de los muertos, por ende no es lugar para los vivos. Se puede considerar como otro mundo. Los Incas, como muchas otras culturas de todo el mundo sepultaban a sus muertos, lo que podría hacer un vínculo con el concepto de “vida después de la muerte”.
En un tercer plano horizontal de la visión inca se encuentra el Hanan Pacha, que hace alusión a un plano superior, a un mundo de arriba, donde los dioses habitan. Dentro del Hanan Pacha, existe un nivel un poco inferior que es donde solo los humanos justos y que obraron bien podían alcanzar. Si se compara con la religión cristiana, este espacio superior se asemeja a la concepción de Paraíso.
Los dioses que habitaban el Hanan Pacha, reciben diferentes nombres dependiendo de las diferentes zonas geográficas del impero. Existen muchos dioses en la mitología y religiosidad Inca, por ejemplo el dios Wiracocha, dios creador del cielo y la tierra, dios de dioses. Se dice que Wiracocha creó el mundo; nació de las aguas para crear el mundo que sería habitado por los humanos. Se dice también, que iba acompañado de un mago, Inti, con la forma de un ser alado, al que llamaron el picaflor de oro.


El dios Inti, a diferencia del mago Inti, era el dios sol. Inti, es uno de los dioses más conocidos de la cultura Inca, y muchas veces se le atribuye la mayor importancia. Este dios estaba casado con la diosa Mama Quilla (o Mama Killa) que era la diosa luna. Ambos cuidaban del día y la noche. La diosa Mama Quilla era protectora de las mujeres, y estas le rendían especial culto en el templo del sol.
Otra diosa muy importante es la Pacha Mama, diosa de la tierra, de la naturaleza y de la fertilidad. En ella recae la abundancia y la escases. Cabe destacar que el nombre y el rol de esta diosa ha sido heredada por otras culturas de Latinoamérica como lo es en el pueblo Mapuche. La diosa mencionada se asemeja a la figura de la diosa Flora en la mitología griega.
También Mama Cocha y Mama Sara, la primera diosa representante de la femineidad y responsable de apaciguar las aguas. Mama Sara era la diosa del maíz. Se puede deducir que esta última era muy importante, ya que el maíz era una de las principales fuentes de alimento en las culturas precolombinas.
Los dioses mencionados, eran los más importantes y conformaban una especie de consejo, el cual tenía lugar en el Hanan Pacha.
A partir de los cultos a los diferentes dioses, con fin de obtener algún beneficio, los Incas realizaban sacrificios y otro tipo de ritos. Por ejemplo la celebración de Coya Raymi, en honor a Mama Quilla. En torno a esto surge la necesidad de implementos que se utilicen en los ritos.
Dado que el imperio Inca se caracteriza por la explotación de recursos como el oro, los elementos religiosos están principalmente hechos de este metal precioso. El oro, además de ser utilizado por los incas dada la facilidad de obtención, lo utilizaban por lo precioso y brilloso del metal, que tiene cierta semejanza con la luz del sol; al estar el sol ubicado en el cielo, se le toma como un material puro, celestial.
Se han hallado muchas figuras religiosas representativas de dioses, delicadas piezas de orfebrería hechas de oro. Estas piezas en su mayoría representan a las deidades Inti y Wiracocha. Como las que se pueden observar a continuación:




Se pueden considerar estas piezas de orfebrería como formas de una expresión artística. Un arte propio de la cultura Inca que se manifiesta a través de la elaboración de estas piezas.
También la cultura inca, como otras culturas precolombinas, crearon muchas vasijas y elementos de barro con hermosos diseños que servían para los quehaceres diarios. En los diseños que servían de decoración para estos elementos se puede apreciar otra forma de expresión artística.




Por ende podemos considerar que todas estas piezas, producto de actividades propias de la vida en sociedad son hoy consideradas como arte, y surgen en primera instancia para expresar algo. En la religiosidad se manifiesta un culto a dioses, y en lo cotidiano simplemente una forma de ornamento.
Machu Picchu es una fuente de inspiración para la creación artística.

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